Queridos amigos,
Noviembre se puede sentir oscuro y triste, para muchos quienes viven en el hemisfério norte. A veces sentimos lo mismo en Shell.
Parece que hemos perdido a nuestro cirujano pediátrico para niños con discapacidad. Trabajamos juntos por años; la última vez, en junio de este año. Ahora, sin haber tenido ningún desacuerdo, no responde a nuestras llamadas o nuestros mensajes. Al momento, hay alrededor de 50 niños que necesitan de una cirugía. Parece que él quiere tener su propio consultorio en Quito y no quiere contactarme ni al hospital en Shell.
Les seguimos pidiendo sus oraciones en relación al equipo de laparoscopía, que fue prometido por una compañía en Alemania desde enero de este año, pero que hasta ahora no está en camino a Ecuador. Una empresa nacional prometió ayudarnos para importar el equipo, pero parece que tienen poco interés en cumplir esa promesa.
Nuestro hospital continúa creciendo lentamente. El área de Medicina Familiar es estable y, más o menos, paga el salario de nuestros empleados. Pero necesitamos más ingresos para la renovación y para hacer los pagos por la propiedad.
Nuestro equipo médico está aprendiendo cada vez más que necesitamos trabajar juntos para lidiar con las necesidades físicas, emocional y espirituales de nuestros pacientes. Los pacientes diabéticos necesitan cambiar sus estilos de vida. Problemas familiares, inconvenientes no perdonados en el trabajo o con vecinos causan dolencias físicas, como dolores de espalda. Cada mañana, las rondas de los médicos son una aventura. Estamos aprendiendo mucho. Esto es lo que yo llamo un equipo misionero.
Estamos desarrollando un plan estratégico para nuestra ‘compañía’. Usualmente, pacientes indígenas de la selva tienen un poco de dinero para pagar las cuentas. Pero hay un grupo de ellos que dejó la selva y están viviendo alrededor de Shell en pequeñas chozas. No tienen terrenos para producir alimentos, ni agua limpia. Crímenes, robos y drogas son las consecuencias. No pueden encontrar trabajos para tener ingresos y son los más pobres en temas de salud. En los hospitales públicos son tratados mal y necesitamos un plan para atenderles a ellos también. Hemos hecho un acercamiento, pero no es suficiente.
Estamos trabajando junto con Voice and Hands (Reach Beyond) realizando caravanas en la selva. El evangelio y la medicina combinados son nuestros servicios.
Noviembre, en Shell, es un mes lleno de festividades. Puyo, la provincia de Pastaza y Shell tienen sus días especiales. Noviembre es un mes con menos días de trabajo. Nuestro hospital sigue abierto. Nuestro personal también trabaja los días festivos.
El proyecto en el que estamos trabajando actualmente es terminar la renovación del hospital: proveer de suministro de oxígeno y succión en cada habitación completará esta fase. Otro equipo de mantenimiento está trabajando en la restauración de las ‘casitas’. Nuevos techos y el reemplazo total del suministro de agua y energía tienen que estar terminados para inicios de enero para proveer alojamiento a los familiares de los pacientes de la selva.
Y tenemos esperanza por nuevos misioneros de Estados Unidos. Stephen y Jessica Morse nos visitaron hace algunos días y están orando sobre unirse al equipo como médicos familiares para finales del próximo año. Por favor, oren por ellos y por un llamado claro de Dios hacia el hospital de Shell. Necesitamos nuevo equipo con una visión espiritual.
Gracias por su ayuda en oraciones y donaciones. Dios es bueno, aunque a veces el futuro del hospital de Shell se ve diferente y los obstáculos parecen más importantes. Pero sabemos que estamos en el camino correcto.
Dios les bendiga.
Eckehart y Klaudia Wolff
Donaciones por favor:
Fundación Misión Cristiana de Salud
Banco Internacional CC 653572
RUC: 1691716704001